La biografía del torero Guerrita, puede concretarse en los siguientes términos:
Rafael Guerra Bejarano, conocido en el mundo taurino como Guerrita, nació en Córdoba en 1862 y falleció en la misma ciudad en 1941, a la edad de 78 años.
Guerrita se erigió como uno de los cinco Califas del Toreo cordobés, junto a destacados toreros como Lagartijo, Manuel Benítez, Manolete y Machaquito. Ganó fama de notabilísimo banderillero, toreó mucho y en diferentes cuadrillas, apodándose Guerrita a partir de 1882. Está considerado como el torero más grande y completo del siglo XIX, como el lidiador ejemplar de todos los tiempos, por haber coincidido en él —debidamente enfrentadas y sujetas a la ley de orden, de disciplina y de constante sabiduría— todas las aptitudes que se pueden exigir de un matador de toro
Familia. Rafael Guerra nació en una familia relacionada, pero dolida, con el mundo de los toros: su tía Juana Bejarano, hermana de su madre, estaba casada con el célebre José Rodríguez Pepete, muerto en Madrid a consecuencia de la cornada que en 1862 le infirió el toro Jocinero, de Miura, precisamente el mismo año en el que nació Guerrita. José Guerra, su padre, trabajaba de portero, o llavero, en el matadero de Córdoba.
Inicios. En 1882, ingresó a la cuadrilla de Fernando Gómez "El Gallo" y adoptó el nombre de "Guerrita". Inicialmente, desempeñó el papel de banderillero en diversas cuadrillas y dio muerte a su primer novillo a la temprana edad de 16 años en Andújar. La primera vez que Guerrita torea en Madrid fue en 1879, en una placita que había en los llamados Campos Elíseos que era para mojigangas, toreo cómico y novilladas.
Alternativa: Fue Lagartijo, a quien el padre de Guerrita no apoyó en sus inicios como torero, era conocido suyo del barrio del Matadero Viejo de Córdoba en el que casi todos sus vecinos estaban relacionados de una u otra manera con el mundo del toro fue el encargado de otorgarle la alternativa en la Plaza de Madrid el 20 de septiembre de 1887.
Trayectoria como torero. Durante la siguiente temporada, Guerrita participó en 75 corridas, convirtiéndose en el ídolo del público. A lo largo de las siguientes 12 temporadas, Guerrita compartió la hegemonía taurina con Lagartijo y Frascuelo. Su temporada más destacada fue la de 1894, con triunfos memorables en Madrid y la participación en la inauguración de la plaza de Jerez de la Frontera. En 1895, logró un hecho sin precedentes al torear tres corridas en un solo día, destacando su habilidad y resistencia. También toreó en Portugal y en Francia, donde llegó a torear en la efímera plaza de toros de París.
Cogidas. La cogida más grave que tuvo, la del cuello, fue en La Habana en 1888. Él sólo toreó en aquélla temporada en América y únicamente en Cuba.
Decadencia. El gesto de brindar sus servicios como banderillero en la corrida de despedida de Frascuelo en 1890 generó controversias y marcó el comienzo de la disminución de su popularidad. A pesar de las adversidades, Guerrita continuó su carrera, alcanzando un total de 892 corridas y 2.577 toros estoqueados.
Retiro: Maestro insuperable en los tres tercios de la lidia y con espléndidas facultades físicas, todo se juntó en él para acrecentar su celebridad, y por hacerse dueño de la situación y ejercer una hegemonía que ningún otro torero tuvo se vio combatido con acritud, cuya animadversión precipitó su retirada, que efectuó después de torear en Zaragoza el 15 de octubre de 1899, última vez que vistió el traje de luces”. Ese día no sólo se cerró una brillante historia personal brillante sino también para el toreo en general. Posteriormente, se dedicó a sus negocios, su familia y al Club Guerrita, un popular club social en Córdoba ubicado en la Calle Gondomar. En 2021, como parte de los actos conmemorativos del 80.º aniversario de su fallecimiento, su tataranieto Javier Romero Jordano puso en marcha el Nuevo Club Guerrita.
Estilo Taurino: Guerrita destacó dentro del ruedo por su excepcional destreza con las banderillas, su poder con la muleta y su precisión con la espada. Su personalidad única se reflejaba en expresiones coloquiales como "ca uno es ca uno" y "Hay gente pa tó", contribuyendo a su leyenda en el mundo del toreo.
Divulgación. En 1896, a punto ya de retirarse de los ruedos, se publicó “La tauromaquia de Guerrita”, escrita por Leopoldo Vázquez, Luis Bandullo y Leopoldo López de Sáa, un texto inspirado en los conocimientos y teorías taurómacas del maestro cordobés
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