viernes, 12 de enero de 2024

Cayetano Ordóñez y Aguilera

 


La biografía del torero Cayetano Ordóñez y Aguilera, puede concretarse en los siguientes términos.

Cayetano Ordóñez y Aguilera conocido como el "Niño de la Palma", nació en Ronda (Málaga) en 1904 y falleció en Madrid en 1961 a la edad de 57 años. Fue el iniciador de una de las más célebres dinastías toreras de todos los tiempos, continuada en el escalafón superior por sus hijos Cayetano (que heredó su remoquete de "Niño de la Palma"), Antonio y José Ordóñez Araujo, y en el gremio de los subalternos por sus otros dos hijos, Juan y Alfonso Ordóñez Araujo, que ha llegado hasta sus biznietos

Familia. Su padre, Juan Ordóñez, un hombre laborioso y honorable, no tenía antecedentes taurinos. Sin embargo, Cayetano adoptó el apodo "Niño de la Palma" en honor a la zapatería "La Palma" que su padre poseía. Aunque su hermano mayor, Antonio, también llevó este apodo, fue Cayetano quien destacó en el mundo del toreo. De una familia numerosa, sus hermanos Antonio y Rafael también incursionaron como novilleros.

Se casó en 1920, con María Consuelo Araujo de los Reyes conocida artísticamente como "Consuelo Reyes", que era cantante y actriz. Fue padre de seis hijos entre los que se encuentran cinco toreros

    Cayetano Ordóñez Araujo, apodado "Niño de la Palma" (1928-1974).

    Juan Ordóñez Araujo, "Juan de la Palma", (1930-1965)

    Antonio Ordóñez Araujo (1932-1998)

    José Ordóñez Araujo (1935)

    Alfonso Ordóñez Araujo (1938)

Ana de Jesús Ordóñez Araujo (fallecida-2008)

La dinastía continuó con los nietos del más importante de los hijos del Niño de la Palma, Antonio Ordóñez Araujo, los matadores de toros Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez, hijos del torero Francisco Rivera Paquirri y de Carmina Ordóñez y por lo tanto biznietos suyo

Novillero. Debutó en 1922 en Ceuta con un traje pagado por un aficionado, si bien ya un año antes y durante una novillada se había arrojado al ruedo como espontáneo. Debutó con picadores en 1923. El 7 de junio, festividad del Corpus, alcanzó un gran éxito en San Fernando, ya con amplias repercusiones en la prensa, que constituyó el primer aldabonazo del rondeño. Como novillero triunfó en varias plazas y en Sevilla, con la Maestranza abarrotada, tuvo el rondeño un triunfo que fue arrollador, al cortar dos orejas y un rabo y salir del coso maestrante a hombros de una multitud enfervorizada.

Alternativa. Tomó la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla el 11 de junio de 1925, siendo padrino Juan Belmonte y testigo José García Algabeño hijo. Los toros eran de la ganadería de Félix Suárez. Belmonte obtendría un éxito memorable, al cortar dos orejas y rabo; Cayetano fue premiado con un apéndice. Cayetano Ordóñez confirmó el doctorado en Madrid, al tiempo que se aupaba a la primera fila del toreo, en la corrida de la Prensa celebrada el 16 de julio de 1925, de mano del mexicano Luis Freg y en presencia de Nicanor Villalta y Manuel Báez Litri.  De esa corrida escribe Cossío: “El triunfo del Niño de la Palma en el último toro, de Hernández, fue clamoroso. Toreó de capa y muleta insuperablemente, y le fue concedida una oreja del toro por unánime solicitud. De aquella corrida de la Corrida de la Prensa salió la rivalidad Litri-Niño de la Palma, que había de embargar la atención de los aficionados durante varias temporadas.

Éxitos. Fue líder del escalafón en 1926 con 78 corridas y 1927 con 65 corridas. Durante muchas temporadas fue un torero admirado y aplaudido. Fue glosado por Rafael Alberti y ensalzado por artistas e intelectuales. Ernest Hemingway, en su obra Fiesta, inmortalizó su figura, novelando, con el nombre mítico de otro rondeño, Pedro Romero, además participó en varias campañas en paises hispanoamericanos.

Iniciativas. En 1954, para celebrar el bicentenario del nacimiento de Pedro Romero creó la primera corrida goyesca de Ronda en la que participaron  Antonio Bienvenida, César Girón y su hijo Cayetano.

Retirada, Se retiró en 1942, aunque continuó vinculado al mundo taurino como banderillero sin cuadrilla fija durante un tiempo. Cayetano Ordóñez dejó una huella imborrable en la historia del toreo, siendo recordado como uno de los grandes exponentes de su época.

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